sábado, 3 de octubre de 2020

Del, para y desde: preposiciones que posicionan

 


El  curso “evaluación en ambientes digitales” viene planteando una serie de preguntas o interrogantes que se han transformado en verdaderos desafíos prácticos que, para resolverlos, no sólo debí apelar a saberes didácticos y pedagógicos, sino, también, a saberes instrumentales adquiridos a lo largo del cursado de los cinco cursos que componen esta capacitación.

Particularmente, “¿cómo debe ser la evaluación?, ¿con qué instrumentos?”, siguiendo por: “¿para qué evaluar?”, continuando por: “¿qué evalúo?” y llegando hasta: “¿quiénes evalúan?” han resultado ser preguntas movilizadoras que me invitan a reflexionar, modificar y mejorar la propuesta de evaluación, especialmente en este tiempo de no presencialidad.

Preguntas que me llevan a pensar en: la imagen ideal que tengo de la evaluación y la relación de coherencia y adecuación con los instrumentos; los objetivos de la evaluación; los resultados concretos de aprendizaje en los que haré foco. Hasta acá parece muy potente la perspectiva de la evaluación del aprendizaje, pero desarrollada desde la exterioridad del proceso, es decir, desde la heteroevaluación o evaluación externa. Sin embargo, en el módulo 3, al trabajar las consignas potentes y la retroalimentación formativa (con sus posibles protocolos), la evaluación deja de pensarse exclusivamente desde el “afuera” del proceso de aprendizaje, el docente, es decir yo, comienzo a implicarme, comprometerme y participar como orientador de procesos, así llego a esta segunda perspectiva que es la evaluación para el aprendizaje. Pero, finalmente, la última pregunta: ¿quiénes evalúan? me obliga a reflexionar e incorporar nuevos actores en este proceso, que no es ni más ni menos, que el propio protagonista: el estudiante que aprende y que aprende con otros. Así se completa la secuencia llegando a la tercera perspectiva que es la de la evaluación desde el aprendizaje.

De esta forma puedo pensar una secuencia completa del proceso evaluativo: evaluación del, evaluación para y evaluación desde. Estas preposiciones, dan un sentido superador a este proceso tal como lo vengo desarrollando como decente. Implican movimiento, continuidad, pasaje. La práctica y la experiencia me hacen pensar primero en el “del” (sobre todo cuando planifico) el desafío es como pasar del “del” al “para” y como esta última instancia se complementa cuando paso al “desde”. A su vez, el “desde” puede llevarme nuevamente al “del” y al “para” en distintos órdenes. Y así sucesivamente. ¡Tan rica y compleja es la práctica de la enseñanza como la del aprendizaje!

Lo interesante de esta parte del curso, además, es que la evaluación desde el aprendizaje, me lleva a proponerla, pero desde los “zapatos o zapatillas” del estudiante. Porque el podrá, no sólo valorar, apreciar y hasta proponerse aspectos concretos que mejoran su aprendizaje, sino también a hacerlo con sus compañeros, así de la autoevaluación podrá pasar por la coevaluación. En definitiva, distintos protagonistas: docente, estudiante y grupo ejerciendo el mismo rol. Resulta muy potente y completa esta forma de valorar aprendizajes.

Respecto de la actividad 7 del Módulo 4, no tuve dificultades para la elaboración de la rúbrica, que la diseñé pensando en un complemento de la evaluación propuesta en el Módulo 1. Las dificultades se me presentaron en el aspecto técnico, como transformar el complemento CoRubrics en un formulario Google, dificultad que pude superar desde lo técnico, parte con la ayuda de mi tutora Elisabeth Barroso y parte por descubrimiento.

Llegado el momento de hacer la retroalimentación observé en el padlet que a una docente se le presentó la misma dificultad técnica que tuve: transformar la hoja de cálculo en un formulario Google. Aplicando la escalera de Wilson, le sugerí el cambio de su presentación y le brindé las orientaciones para que pueda resolver este tema.

Posibles efectos de la coevaluación:

Autoevaluarme... está bien lo puedo hacer, 
pero ¿a quién se le ocurrió eso de la coevaluación?

Creí que eras mi compañero... 
¡cómo pudiste decir esas cosas de mi producción!

Ya sé lo que opinaste de mi trabajo en la coevaluación
siempre hago las cosas bien...

¡Pongamos todo precioso así aprobamos!

Ojo chicos... 
¡si hacen eso no serviría para nada la coevaluación!

1 comentario:

  1. Gracias Nélida por compartir tu reflexión y que valioso es poder reflexionar e incorporar nuevos actores en el proceso de evaluación.
    ¡Adelante!
    Cariños

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